La medición del PIB en los primeros seis meses de 2019 resultó en un estancamiento, con un mínimo avance de apenas 0.3 por ciento respecto al periodo comparable de 2018, de acuerdo con cifras reportadas ayer por el Inegi. Éste fue su desempeño más débil para cualquier semestre de un año desde 2009, cuando el País se vio arrastrado por la crisis financiera global, cuando retrocedió 6.6 por ciento. Ahora, de enero a junio pasados, las actividades secundarias registraron, incluso, una contracción de 1.8 por ciento a tasa anual.
Esta categoría engloba a la construcción y a la actividad petrolera, sectores que están inmersos en una crisis y no han logrado despuntar.
Pese al estancamiento de la economía reportado ayer por el Inegi -de variaciones de 0.3 por ciento anual en el semestre y de 0.1 por ciento en el segundo trimestre respecto al primero-, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que el PIB terminará 2019 con un crecimiento de 2 por ciento.
«Para lograr un crecimiento de 2 por ciento para todo el 2019 como lo plantea el Presidente López Obrador sería necesario que en la segunda mitad la economía se expanda en 3.7 por ciento, algo que a estas alturas luce casi imposible.
«Es imperativo que la Administración Pública actual reconozca algunos desaciertos e ideas que no terminaron funcionado y contribuyeron en gran medida a esta pérdida de dinamismo», señala un análisis de CI Banco.
El análisis explica que urge generar un ambiente propicio para las inversiones, enviando señales de confianza a los agentes económicos.
Grupo Financiero Ve por Más proyectó que la incertidumbre se extenderá durante el segundo semestre, afectando la inversión y la generación de empleos.
Advirtió que la falta de claridad en la política económica, la lenta ejecución del gasto público y el riesgo de una reducción en la calificación de México y/o de Pemex, exigirían al Banxico incluso elevar su tasa de interés, en perjuicio mayor a la inversión.
Alberto Ramos, economista para América Latina de la correduría Goldman Sachs, dijo que, independientemente, de que la variación del PIB no haya resultado negativa, el panorama económico de México es el mismo, «de estancamiento».
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Agosto 01, 2019