La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), aseguró que el impuesto a los refrescos no ha sido exitoso en el País.
«El impuesto ha sido principalmente inflacionario, pues el consumidor es quién lo paga, ha sido ineficaz para disminuir el consumo pero ha resultado una gran medida recaudatoria. Además, afecta las familias más pobres, ha provocado sustituciones por otras categorías no gravadas y afecta a la economía de los mexicanos», sostuvo Jorge Terrazas, director de la Anprac.
Detalló que, de acuerdo con su conteo, sólo durante 2014 se logró una caída en el volumen de ventas de refrescos de 1.9 por ciento, en comparación con el año previo.
«Los siguientes años, 2015, 2016 y 2017 ha mantenido su crecimiento, porque la gente se acostumbró a vivir con el impuesto y sustituyó marcas», agregó.
Hizo hincapié en que un impuesto al refresco ha resultado inútil en el objetivo de disminuir la obesidad en el País, ya que, de acuerdo con la FAO, el consumo de esta bebida entre los mexicanos aporta sólo 5.5 por ciento de las calorías totales en la dieta de los mexicanos, que se calcula en 3 mil calorías al día.
Terrazas ejemplificó que en países como Dinamarca, donde se aprobó un impuesto parecido, el antiobesidad, a finales de 2011, se aumentó la carga fiscal a la población, con una subida de precios que generó una inflación de hasta 4.7 por ciento en 2012, reducción de ventas en comercios locales y el desplazamiento de la población a países cercanos como Alemania y Suecia para realizar sus compras.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Agosto 15, 2017