El objetivo planteado en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) de llevar la informalidad laboral a 54 por ciento, desde el actual 57 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), es poco ambicioso, analizó José Luis de la Cruz. «Los objetivos tendrían que ser más ambiciosos, ahora la informalidad laboral es de 57 por ciento, llevarla a 54 es casi inercial si se observa lo que pasó el sexenio pasado, que bajó de 60 a 57 por ciento», aseguró el director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Detrás de la informalidad está la mala distribución de la riqueza, señaló.
La informalidad, refirió, produce 22 por ciento del PIB, pero emplea a 57 por ciento de la población.
«La informalidad emplea a la mayoría de los mexicanos, pero genera apenas una quinta parte de la riqueza nacional, ahí están los problemas de la mala distribución de la riqueza», refirió.
Para que México reduzca la informalidad laboral, requiere un mayor nivel de inversión que llegue a 30 por ciento del PIB por lo menos.
El PND pretende de igual forma sacar a 20 millones de mexicanos de la pobreza y a 5 millones de la pobreza extrema.
De la Cruz aseguró que es una meta ambiciosa y factible, pero que debe lograrse de manera sustentable.
«El Plan Nacional de Desarrollo en su Conjunto muestran que el Gobierno piensa lograrlo a través de las transferencias sociales», dijo.
Con las transferencias sociales que se van a dar, afirmó, va a disminuir un gran número de pobres, pero dependerá de la capacidad del gasto público, por lo que no será sostenible.
«La solución de la pobreza debe ser autosustentable, no solamente por gasto social», afirmó el especialista.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Junio 11, 2019