Reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y Sobre la Renta (ISR) a 8 y 20 por ciento, respectivamente, es un arma de doble filo para la economía, pues si bien incentivaría el consumo, las arcas gubernamentales perderían una partida importante de recursos, pero sobre todo se incentivaría la venta ilegal de facturas, como ocurrió en el pasado, consideran especialistas. AMLO pretende poner en marcha una Zona Económica Libre en la frontera norte que, además de reducir impuestos, tendría facilidades especiales.
Según Carlos Urzúa, quien encabezará la Secretaría de Hacienda, se trata de un espacio de 30 kilómetros que incluye a ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa: “vamos a volver a lo que ocurría en 2014, cuando se regresó el IVA a 16 por ciento: tendremos una tasa de 8 por ciento, sólo en la franja, no en toda la región fronteriza, como ocurría anteriormente”.
Para Héctor Magaña, coordinador de Análisis del Centro de Investigación en Economía y Negocios del ITESM, esta acción beneficiaría al consumo interno y a las empresas, pero con menor recaudación tributaria. Si bien no hay un monto estimado del hoyo fiscal que se generaría, porque se desconocen los detalles finos del proyecto, en 2013, cuando el IVA en la frontera norte era de 11 por ciento, el gasto fiscal que ello generaba era 15 mil 927 millones de pesos, según Hacienda.
Hernbert Bettinger, fiscalista fundador de Bettinger Asesores, considera que bajar el ISR de 35-30 a 20 por ciento es una buena medida, pero sugiere que se haga a nivel nacional para mejorar la competitividad. En cuanto a la reducción del IVA, el especialista reconoce que si habría una disminución en los recursos captados, pero no de gran magnitud, “el mayor problema que se popdría generar sería el fraude fiscal en las facturas”.
(Fuente: El Heraldo de México / Internet, Información, 06:39, 08/08/2018)