Las conversaciones para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) se reanudarán mientras los negociadores de Estados Unidos y Canadá presionan para llegar a un acuerdo en medio de las amenazas del Presidente Donald Trump de retirarse. La Ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, tiene previsto reunirse este miércoles en Washington con el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, tras celebrar una serie de reuniones la semana pasada en las que no se logró ningún acuerdo.

Ambas partes intentaron resolver sus diferencias antes de que terminara agosto para que Canadá pudiera unirse a un pacto preliminar que Estados Unidos alcanzó con México días antes.

Trump amenaza con excluir a Canadá de un nuevo TLC y proceder solo con México, a pesar de la oposición de los miembros del Congreso y poderosos grupos empresariales, los que también han expresado su preocupación de que Trump intensifique una guerra comercial con Pekín esta semana con el anuncio de aranceles a 200 mil millones de dólares en bienes chinos.

En comentarios formulados el martes, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, destacó dos cuestiones de importancia para el país: mantener algún tipo de panel especial de resolución de disputas antidumping y una exención para industrias culturales.

«Hemos sido muy claros en que hay una serie de cosas que absolutamente debemos ver», dijo Trudeau. «Ningún TLC es mejor que un mal acuerdo TLC para los canadienses».

Aunque el Presidente de Estados Unidos a menudo amenaza con retirarse del TLC, las últimas promesas aumentan la presión sobre los negociadores que intentan concluir más de un año de conversaciones y cerrar un acuerdo que se pueda firmar antes del 1 de diciembre.

La Casa Blanca envió el viernes al Congreso la notificación oficial con la intención de firmar en 90 días una versión revisada del TLC con México y que incluiría a Canadá solo «si está dispuesto». Conforme a las normas del Congreso para aprobar pactos comerciales, la administración debe presentar públicamente el texto del acuerdo 60 días antes de su firma, lo que significa que, si se concluyen las negociaciones entre Estados Unidos y Canadá este mes, el proceso podría ponerse nuevamente en marcha.

Pero a Trump parece no preocuparle el plazo. «No existe ninguna necesidad política para mantener a Canadá en el nuevo acuerdo del TLC», escribió en Twitter el fin de semana. «Si no logramos un acuerdo justo para Estados Unidos después de décadas de abuso, Canadá quedará fuera», escribió, y agregó: «El Congreso no debería interferir».

Los comentarios del Presidente surgieron un día después de que el demócrata Ron Wyden, miembro de rango del Comité de Finanzas del Senado que supervisa el comercio, criticara a la administración por excluir a Canadá del acuerdo del TLC.

Wyden dijo el martes en una declaración que «no se puede solucionar el TLC sin solucionar los problemas con Canadá», mientras que también afirmó que el Congreso tiene «autoridad sobre el comercio. El Presidente no puede sacar a Estados Unidos del TLC sin la autorización del Congreso».

Estos problemas incluyen la demanda de Estados Unidos de acceso al sector lácteo de Canadá, que es altamente protegido, así como el intento de la administración de Trudeau de preservar un mecanismo de resolución de disputas que la Casa Blanca quiere eliminar. Canadá también quiere mantener las exenciones para la industria de la cultura.

«Sería ceder nuestra soberanía y nuestra identidad, y eso es algo que simplemente no aceptaremos», señaló Trudeau sobre las exenciones culturales. Sobre los paneles de disputa, dijo que se trata de un asunto de justicia. «Necesitamos un mecanismo de resolución de disputas como el Capítulo 19 y nos mantendremos firmes en eso».

Si ninguno de los dos lados cede, no está claro si Trump podrá retirarse del TLC sin la aprobación del Congreso, aunque ha dicho que puede hacerlo unilateralmente. Según los términos del pacto original, cualquier líder puede retirar a su país del tratado seis meses después de notificarlo por escrito.
Una cosa está clara: el Congreso podría ayudar a determinar quién tiene influencia en las conversaciones bilaterales de esta semana. Si los legisladores no se manifiestan sobre la amenaza de excluir a Canadá del TLC, Trudeau podría sentirse presionado para hacer concesiones. Pero si los legisladores estadounidenses insisten en que Trump incluya a su vecino del norte, los negociadores de Estados Unidos podrían sentir la necesidad de lograr un acuerdo con Ottawa. 

Fuente: Reforma, Sección Negocios, 05 de Septiembre, 2018