El robo de mercancías que sufren los transportistas también tiene un costo para los consumidores. La persona que compra un alimento procesado, como la leche en polvo, muy probablemente paga un cargo extra, que representa entre 5 y 8 por ciento, por el costo que le genera a las empresas el hurto de la carga, según especialistas.
Una parte de los costos de operación por la inseguridad en el transporte de carga se traslada al precio final de los productos como una forma de compensación por las pérdidas.
De acuerdo con una estimación de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), las empresas pagan entre 15 y 20 por ciento más en costos de operación como consecuencia de la inseguridad.
Pero entre 5 y 8 por ciento se traslada al costo final de un producto o bien y es algo que la población no ha entendido sobre los alcances de estos delitos, explicó Jesús Campos, asesor de contenidos del Logistic Summit & Expo.
«Es finalmente el costo por subsidiar el modelo de operación, no sólo son los robos, sino el costo de hacer frente a la inseguridad con cámaras, custodios, el que el transporte se tenga que detener y no circular en la noche, lo acabamos pagando nosotros los consumidores», sostuvo.
En 2017, los costos directos del robo al autotransporte ascendieron a 82 mil 600 millones de pesos, según un análisis elaborado por la firma Consultores Internacionales para la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
De ese monto, hasta 6 mil 608 millones de pesos los pagan los consumidores finales, con base en las estimaciones.
Víctor Presichi, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), que ofrece servicios a grandes compañías, coincidió con este estimado y expuso que en algunos casos se traslada hasta 10 por ciento del costo por inseguridad.
A pesar de que una parte del costo de la inseguridad se traslada al precio final de los productos, la realidad es que la competencia existente en el mercado tampoco permite que el porcentaje sea más alto, sostuvo Leonardo Gómez, director general de ANTP.
En tanto, Presichi detalló que en los robos que comenten bandas del crimen organizado, se llevan mercancía, pero también, y cada vez de manera más frecuente, los vehículos de carga, lo que representa pérdidas económicas mayores para las empresas.
En la zona más peligrosa conocida como el Triángulo Rojo y que abarca municipios como Acatzingo, Tecamachalco y Puebla, el monto promedio de la pérdida asciende a 10 millones de pesos, lo que incluye el costo de la carga y el vehículo, detalló.
Asimismo, Presichi comentó que, debido a que durante la noche se cometen más delitos, algunas compañías han contemplado dejar de operar en ese horario y eso implica mayores costos porque en el día el recorrido es más largo por el tráfico y parar un camión en cierto horario implica tener un activo en desuso.
A ello se suma que, este año, el costo de las pólizas se duplicó como resultado del aumento en robos.
De enero a octubre se registraron 9 mil 868 delitos de este tipo, 162 por ciento más que en el mismo lapso de 2012, según la Canacar.
«Esos gastos adicionales se transfieren al consumidor siempre, si acaso la primera vez se termina absorbiendo esa pérdida, pero en la segunda vez ya no sucede porque si la empresa sigue operando con esa pérdida, pues queda por completo fuera del negocio», dijo Presichi.
Los delincuentes roban todo tipo de productos, pero generalmente buscan los alimentos procesados por su facilidad de venta en tianguis, así como productos de limpieza, papel higiénico, artículos de higiene personal y bebidas.
Fuente: Reforma Sección Negocios, Diciembre 14, 2018