Las complicaciones para exportar carne de cerdo a China, mayores importaciones provenientes de Estados Unidos y una caída en el consumo interno por el Covid-19, saturaron el mercado mexicano de esta proteína.
Las empresas que tenían previsto exportar carne de cerdo al país asiático no lo pudieron hacer porque no se han certificado las plantas para ello, y toda esa mercancía se está quedando en México.
Actualmente hay 60 plantas que están pendientes de certificar para poder hacer envíos a China, debido a que desde antes de la pandemia, había quedado pendiente la aprobación por parte de las autoridades sanitarias de ese país.
Aunado a eso, de enero a marzo este año el País registró importaciones 12 por ciento mayores respecto al mismo periodo de 2019, con 26 mil toneladas de carne.
Esto empezó a crear un fenómeno de acumulación de carne de cerdo que coincidió con el inicio de la pandemia en México, explicó Víctor Manuel Ochoa, director general de Granjas Carroll de México.
El consumo de cerdo en nuestro País ocurre mucho en taquerías, pozolerías y lugares de carnitas que dependen de que las personas estén trabajando.
A finales de marzo se empezaron a cerrar muchos centros de trabajo y la gente dejó de comer en la calle.
«Semana Santa coincidió con el inicio de la crisis y empezó a haber un exceso de carne», comentó.
El precio de venta de cerdos vivos se desplomó en mayo hasta tocar los 70 centavos de dólar por kilo, luego de haber arrancado el año con un precio cercano a 1.70 dólares por kilo.
Sin embargo, esta caída en los precios no se ha visto reflejada en el precio de venta de carne de cerdo para el consumidor final debido a la conformación del resto de la cadena de distribución y suministro.
Fuente: Reforma, Negocios, Mayo 27, 2020