El crecimiento de 0.1 por ciento que registró la economía mexicana en el segundo trimestre del año no debe interpretarse como un resultado alentador, pues refleja una fase de estancamiento, estimó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). El organismo refirió que la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre de 2019, dada a conocer este miércoles por el INEGI, mostró un crecimiento de la economía de 0.1 por ciento respecto al primer trimestre del año, con cifras desestacionalizadas.
«Si bien dicha tasa resultó superior a la que esperaban diversos analistas, no debe interpretarse como un resultado alentador, puesto que cuando menos refleja una fase de estancamiento. Diversos indicadores económicos parecen confirmar dicha conclusión», consideró el Instituto.
La desaceleración de la actividad económica que tuvo lugar durante el primer semestre de año está asociada al notable incremento en la incertidumbre que se ha detonado tanto por factores externos como internos, entre los que destacan las fricciones en la relación comercial con Estados Unidos y algunas decisiones de política económica en el País.
En este entorno, los pronósticos para la actividad económica de este año se han recortado de forma consistente, como la reciente revisión realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a 0.9 por ciento, que coincide con la estimación del IMEF.
El Gobierno federal anunció en días pasados un programa para estimular el crecimiento de la economía en el corto plazo, plan que consideró positivo pero insuficiente.
«Cualquier estrategia para reactivar el crecimiento de la economía de manera sostenida debe basarse en recuperar la confianza y reactivar la inversión, tanto pública como privada», subrayó el organismo.
Las cifras de Indicador IMEF durante julio confirman que al inicio del segundo semestre del año se mantiene la debilidad económica, la cual está más marcada en el sector no manufacturero.
Así, la información proveniente de la encuesta del indicador IMEF a julio de este año, usada en combinación con otros indicadores económicos disponibles a la fecha, sugiere que la economía mexicana se encuentra en una fase de estancamiento.
El Indicador IMEF Manufacturero registró en julio un incremento de 0.9 puntos y se ubicó en 49.6 unidades en su serie desestacionalizada, y con ello se mantuvo en zona de contracción (debajo de 50 puntos) por tres meses consecutivos.
En tanto, el Indicador IMEF No Manufacturero disminuyó en julio 0.6 puntos para quedar en 47.1 unidades, con lo cual se ubicó también por tercer mes en zona de contracción, expuso el Instituto.
Para la calificadora Standard & Poor’s, el crecimiento económico de México ha sido bajo en la última década en medio de una reducción paulatina de su productividad, con su respectivo efecto en la calidad de los empleos.
«El desafío para el modelo de crecimiento de México, basado en elevado empleo/baja productividad, es que la dinámica demográfica que ayudó a impulsar el empleo en el pasado será menos favorable en los siguientes años», precisó el economista senior para América Latina de S&P, Elijah Oliveros-Rosen.
Por su parte, Grupo Financiero Scotiabank está considerando reducir a un 0.6 por ciento desde 0.9 por ciento su pronóstico para todo 2019, si las cifras económicas del Inegi se confirman, una vez que sean revisadas el próximo 23 de agosto.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Agosto 02, 2019