La reforma fiscal de Estados Unidos podría representar un serio problema para México, perdería competitividad fiscal y correría el riesgo de perder parte de su base de empresas que pagan impuestos atraídas por un sistema tributario menos oneroso, advierte el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), y reitera su propuesta de “voltear a ver los impuestos al consumo como fuente de ingresos recurrentes”.
De concretarse este escenario, nuestro sistema fiscal deberá buscar volverse competitivo, por lo que es fundamental analizar si existe la posibilidad y capacidad para hacerlo. No obstante, habría que revisar la tasa impositiva efectiva y marginal”, señala el reporte semanal del CEESP.
La reforma fiscal que aprobó la cámara de representantes de los Estados Unidos y ahora está a la espera de la propuesta del Senado que contempla la reducción de la tasa impositiva corporativa de 30 por ciento a 20 por ciento, una disminución en el impuesto personal y una simplificación del sistema tributario, entre otras medidas. Si se aprueba esa tasa del 20 por ciento en Estados Unidos, la tasa de 30 por ciento de México sería significativamente superior, incluso de la tasa promedio mundial.
Continuar con el saneamiento de las finanzas públicas es posiblemente la principal herramienta para fortalecer la estabilidad macroeconómica e instrumento para hacer frente a los eventos del exterior, pero también el CEESP considera que es momento oportuno de retomar lo que ha propuesto desde hace uno años: “Voltear a ver los impuestos al consumo como una fuente importante de ingresos recurrentes y una manera de restar presión a los impuestos directos”, expone en su reporte.
Reducir en un punto porcentual la tasa del ISR tanto para personas morales como físicas implica una pérdida recaudatoria de 44.1 mil millones de pesos, en tanto que aumentar la tasa de IVA en un punto porcentual, significaría un incremento de casi 50 mil millones de pesos en su recaudación.
México no tiene el espacio fiscal para llevar a cabo medidas tan agresivas como las propuestas en los Estados Unidos, aunque en algún momento se deberá considerar la posibilidad de hacerlo, no solo para compensar el impacto proveniente del sistema fiscal estadounidense, sino para seguir la tendencia de la mayoría de los países desarrollados y mantener su competitividad fiscal”, señala.
En lo inmediato, se puede hacer frente a esta situación si realmente se trabaja decididamente en el fortalecimiento de las finanzas públicas a través de un ejercicio eficiente y transparente de los recursos que lleve a una reducción del déficit y de los niveles de deuda, de tal manera que esto contribuya a reducir las presiones que generan sobre la cuenta corriente y el comportamiento de la inflación.
Para consolidar un escenario positivo, es fundamental unificar los esfuerzos con el combate a la corrupción, impunidad e inseguridad que se vive en el país. Solo de esta manera mejorará la confianza de los inversionistas.
Fortalecer la estabilidad macroeconómica mediante finanzas públicas fuertes, así como con un entorno de claro estado de derecho y certeza jurídica, es la mejor forma de hacernos menos vulnerables al exterior”, reconoce el organismo.
(Fuente: El Financiero / Distrito Federal / Internet, Información, 09:19, 27/11/2017)