Las compañías de productos de consumo están sustituyendo cada vez más los empaques de plástico con papel, pero enfrentan un gran reto: cómo evitar que los productos se degraden por los efectos del aire, el sol o el agua.
Reducir los desechos de plástico es un asunto importante para productores de alimentos, bebidas, aerosoles de limpieza y artículos de cuidado personal, al tiempo que enfrentan presión regulatoria y el escrutinio de los consumidores.
En respuesta, compañías como Nestlé SA y Unilever PLC están recurriendo al papel como una alternativa a los plásticos difíciles de reciclar.
Los ejecutivos dicen que prefieren el papel porque está hecho de una fuente renovable y es fácilmente reciclable y los consumidores no se confunden respecto al bote en que se debe tirar. El papel y el cartón están reemplazando poco a poco las charolas para fruta, envolturas para bebidas, popotes y bolsas de plástico.
Se pronostica que esa tendencia se acelere particularmente en Europa, que está implementando regulaciones nuevas para frenar los desechos de plástico, incluyendo un impuesto en el Reino Unido a los empaques de plástico.
UBS estima que el papel podría captar 11% de la participación de mercado de los empaques de plástico en Europa -valuado en unos 9.4 mil millones de dólares- entre el próximo año y el 2031, en áreas como alimentos, bebidas y cuidado personal.
A nivel global, calcula que el papel tiene una oportunidad de mercado de 38.7 mil millones de dólares para reemplazar el plástico en el curso de ese periodo.
«Hay mucho ímpetu detrás del reemplazo del plástico desechable», aseguró Colin McIntyre, director de papel y reciclaje en DS Smith PLC. El productor británico de papel señala que ha encontrado 650 áreas en las que el plástico puede ser reemplazado con empaques de papel. «Éste realmente es un enfoque clave para nosotros», afirmó McIntyre.
Sin embargo, el papel conlleva grandes inconvenientes. No tiene las propiedades protectoras que mantienen fresca la comida, lo que lo hace inadecuado para reemplazar algunos de los plásticos más difíciles de reciclar usados para paquetes de papas fritas, sobres de comida para bebé y bolsas para frutas y verduras.
«El plástico es muy funcional. Es resistente al agua y a la grasa y es fácil de sellar», destacó Patrick Lindner, director de innovación en WestRock Co., un productor de empaques de papel con sede en Atlanta. «Hacer que el papel se comporte como el plástico es un enorme reto tecnológico».
Una tecnología en ciernes involucra recubrir el papel para hacerlo resistente al oxígeno, líquidos, humedad y grasa. Pero darle al papel propiedades similares a las del plástico puede complicar el reciclaje de papel. Un borrador de legislación en Europa amenaza con regular el papel recubierto de plástico igual que el plástico desechable.
Nestlé, el productor de alimentos empacados más grande del mundo, ha comenzado a usar empaques de papel recubierto en vez de empaques con capas de plástico y papel aluminio en sus barritas Yes! y algunas presentaciones del chocolate en polvo Nesquik.
El recubrimiento es de plástico, pero se disuelve en el proceso de reciclaje de papel, explicó Gerhard Niederreiter, director del instituto de empacado de Nestlé. Eso lo distingue de la mayoría de las cajitas para sándwiches y los vasos desechables cuyos recubrimientos interiores de plástico los hace difíciles de reciclar.
El mes pasado, Nestlé empezó a envolver sus cubitos de consomé Maggi en papel, reforzando la capa usada para Yes! y Nesquik para que también sea resistente a la grasa.
Sin embargo, aún utiliza empaques de múltiples capas que contienen plástico para artículos más delicados, como café instantáneo o productos de nutrición infantil. No ha encontrado tecnología que ofrezca protección suficiente del oxígeno y la humedad y garantice que los nutrientes no se degraden.
«Es el Santo Grial, una vara alta», expresó Niederreiter.
El año pasado, Unilever empezó a vender su marca Carte d’Or en una envase de cartón que tiene un recubrimiento de fécula de maíz para conservar el helado congelado y húmedo. El cartón recubierto puede ser reciclado en molinos de papel o compostada industrialmente, afirma la compañía.
«Estamos cambiando muchos de nuestros productos, que hoy están en plástico multicapa -lo que es nocivo porque no puedes reciclarlo- a papel o plástico reciclable», comentó Hanneke Faber, directora de la unidad de alimentos de Unilever, a inversionistas tras el lanzamiento de Carte d’Or.
Sin embargo, a la fecha, los cambios implementados por Unilever, Nestlé y otros en la industria están limitados a líneas particulares y sólo unos cuantos países.
Los ejecutivos señalan que la caducidad y el clima son grandes obstáculos al uso generalizado del papel. Nestlé redujo el volumen por sobre de Nesquik empacado en papel porque tenía más o menos la mitad del tiempo de caducidad que el plástico, señaló Niederreiter.
La humedad y las temperaturas relativamente templadas de Europa son más propicias para el empaque de papel que partes de Asia y África, añadió.
Cambiar plástico por papel para alimentos no comestibles -por ejemplo, para envolver multipaquetes de latas y rollos de papel higiénico- es menos complicado, aunque invertir en líneas de producción para manejar papel es costoso. El papel es más difícil de doblar, menos flexible y se rompe con mayor facilidad que el plástico.
Una alternativa a los recubrimientos son interiores de plástico fáciles de retirar como los usados en la versión «bolsa dentro de caja» del detergente de ropa Tide, de Procter & Gamble.
Smurfit Kappa Group PLC, que desarrolló el empaque, prefiere los interiores a los recubrimientos, que la compañía dice pueden aumentar los desechos y elevar costos para sus molinos de papel.
«Tenemos un sistema muy puro con poco desperdicio que es económicamente funcional y sustentable», manifiesta Arco Berkenbosch, director de innovación de Smurfit. «Cualquier contaminación que entre allí vuelve menos eficiente al sistema».
Edición del artículo original
Fuente: Reforma, The Wall Street Journal, 07 de octubre, 2020