Expertos recomiendan abordar las fricciones que afectan la concentración y productividad al trabajar en casa.

Seis meses después de iniciada la crisis del Covid, el trabajo remoto ya no luce como un punto insignificante en las vidas de millones de personas, sino como un realineamiento a largo plazo de la manera en que operan esos trabajadores y sus organizaciones. Es momento para que la gente que trabaja desde casa ejerza mayor control sobre cómo esa transformación está cambiando sus vidas y sus trayectorias profesionales.

El atractivo de trabajar vía remota quedó evidente en un sondeo que llevé a cabo para la revista Experience, de la Universidad Northeastern. Más del 80% de la gente que trabaja por primera vez a distancia dijo que quería seguir laborando de esa forma al menos de medio tiempo en el futuro, aunque sólo 15% respondió que quería hacerlo así cinco días a la semana.

La gente que ya laboraba a distancia al menos de medio tiempo cuando azotó el Covid expresó aún mayor entusiasmo respecto a trabajar desde casa: el 65% dijo que quería seguir trabajando remotamente de tiempo completo en el futuro, y casi todos dijeron que querían seguir trabajando a distancia al menos medio tiempo.

La brecha en el entusiasmo entre trabajadores remotos nuevos y experimentados refleja los obstáculos que la gente debe superar cuando empiezan a trabajar desde casa, especialmente si sus hijos también están allí.

Es difícil establecer un equilibrio entre el trabajo y la vida personal cuando ambos suceden en el mismo lugar. Es difícil mantenerse concentrado en ese documento de un cliente, en esa presentación de PowerPoint o incluso en ese reporte de gastos cuando puede ver a su hijo manchando de pintura la mesa de centro, cuando puede escuchar a su esposa realizando su propia llamada vía Zoom o cuando huele esa deliciosa tanda de galletas que su hija adolescente está horneando.

Es frustrante tratar de hacer una lluvia de ideas con colegas o escribir un reporte juntos cuando está acostumbrado a trabajar en persona, con el beneficio del lenguaje corporal y un pizarrón enorme. Y lidiar con sus propias fallas de software e interrupciones de videollamadas le quita mucho tiempo sin la ayuda in situ de su departamento de sistemas.

Éstas fueron las inquietudes que surgieron en la encuesta que realicé, y también son las que escuché de lectores en respuesta a un artículo que escribí recientemente en The Wall Street Journal sobre mis propias experiencias con el trabajo a distancia.

A pesar de todo el entusiasmo que la gente siente por la idea del trabajo remoto -incluyendo beneficios como flexibilidad personal y librarse de los traslados diarios- mucha gente ahora está experimentando sus fricciones.

Lo que parecen ser problemas tolerables cuando está en casa sólo durante unas semanas o unos meses resultan ser obstáculos significativos a la productividad y el bienestar cuando una reestructuración a largo plazo de su vida laboral está siendo considerada.

Ésa es la razón por la que es crucial que la gente deje de pensar en el trabajo a distancia como una parte temporal de la vida laboral, o de esperar que los retos que conlleva quedarán solucionados por arte de magia cuando termine la pandemia.

Si la gente va a seguir trabajando desde casa -como muchos dicen que desean hacerlo- tiene que abordar esas fricciones. Eso significa no sólo abordar los obstáculos y molestias que se interponen en el camino de su concentración y productividad, sino también pensar proactivamente en qué aspecto quiere que tenga su nueva trayectoria laboral desde casa.

La respuesta podría ser diferente para distintas personas. Si extraña la chispa creativa que viene de generar ideas en persona, por ejemplo, tal vez sea momento de experimentar con herramientas de mapeo mental y pizarrones en línea que le permiten hacer lluvia de ideas con sus colegas en tiempo real vía internet.

Si resulta difícil concentrarse cuando sabe que la cocina está llena de platos sucios, quizá pueda acostumbrarse a realizar su primera junta del día vía telefónica en vez de por videollamada, y lave los trastes mientras escucha.

Si batalla con una baja en el ánimo todas las tardes, cuando se resiente más el aislamiento de trabajar desde casa, tal vez pueda tratar de reestructurar su semana laboral en torno a jornadas dividas en dos partes, y pase el mediodía saliendo a caminar o visitando a una amistad.

Desde el detalle más diminuto hasta las decisiones estratégicas más importantes, la senda a su nueva trayectoria laboral realmente está en sus manos. Porque indudablemente es una trayectoria nueva, aún si es en la misma compañía o trabajando con el mismo equipo al que ha pertenecido durante años.

Cuando trabaja desde casa, prácticamente todo lo relacionado con su empleo es nuevo otra vez.

Seis meses después de iniciada la pandemia del Covid, éste es un buen momento para dar un paso atrás y pensar en lo que quiere que sea su trabajo. Puede ser uno en el que esté obstaculizado por las frustraciones de las videollamadas y la distracción de sus hijos presentes.

O puede ser un trabajo en el que por fin está diseñando el entorno, los hábitos y las rutinas que harán que el trabajo a distancia sea productivo y encantador en el largo plazo.

-Samuel es investigadora tecnológica y autora de «Work Smarter With Social Media».

Fuente: Reforma,The Wall Street Journal, 06 agosto,2020