Como usted ya sabe, la inflación anual registrada en el 2017 resultó ser la mayor del siglo (6.77por ciento). Suena fuerte, pero así es. El panorama para el 2018 no es sencillo. La inflación se vincula actualmente con algunos problemas estructurales en la economía que no parece que vayan a resolverse en este año Banxico tendrá que adoptar una postura aún más enérgica y enfocarse nítidamente en su mandato si desea realmente romper con la tendencia actual Aunque en el año 2000 hubo una inflación mayor (8.96%), ésta se ubicó por debajo del objetivo.
No hemos visto desde hace casi un par de décadas un alejamiento tan eleva dodel objetivo trazado por Banxico, desde que tal existe.
Analizando de manera simple el desglose en distintos rubros, vemos, primero, que hubo un incremento general en todos.
No hubo un solo subíndice en donde no hubiese una superación de la inflación registrada en el 2016.
Las causas, me parece, son dos muy evidentes: una, la transmisión de una devaluación acumulada muy grande del tipo de cambio a los precios de mercancías y servicios; dos, la fuerte influencia de los ajustes de precios que establece el Gobierno, no sólo en las gasolinas y el gas natura], en donde el aumento agregado fue de 17.69% , sino también en las tarifas autorizadas (determinadas) por el gobierno que aumentaron en 8.36 por ciento.
Ninguno de los elementos influenciados por el tipo de cambio muestra un crecimiento tan elevado como los rubros en donde interviene la acción de las autoridades.
Nuevamente, como ha sido en todo el siglo, un año en que los gobiernos ajustan sus tarifas de manera particular la inflación e presiona.
También debemos pensar que el periodo de inflación por debajo del objetivo fue resultado de la decisión discrecional del gobierno de no deslizar los precios de los combustibles y la energía eléctrica, más una pequeña colaboración de las tarifas de telefonía.
Claramente no hay un entorno para que esas circunstancias se repitan.
Claramente entonces, la baja de la inflación del 2015 fue, ese sí, un asunto temporal.
La tendencia de inflación que no ha parado de subir hasta diciembre presenta retos sumamente relevantes.
Si bien la labor del Banco de México ha si doexitosa en mantener la inflación en niveles bajos con relación a la época en que no existía autonomía, el momento parece ser uno de los más exigentes.
Por un lado, el peso sigue siendo una mo nedamuy vulnerable.
Tan sólo el día de ayer el rumor de una inminencia en la salida de Estados Unidos del TLCAN volvió a presionar a la cotización.
Por otro lado, los precios de la energía en general siguen subiendo en el entorno internacional.
Recuerde que ahora somos importadores netos de combustibles y que un precio más alto de la gasolina en el exterior tiene que ser pagado por el comprador principal que aún sigue siendo PEMEX.
De acuerdo con información anecdótica, la tendencia del precio de la gasolina y el gas natural no apuntan a la baja, se han incrementado desde agosto, y de seguir las cosas así, es probable que lo siga haciendo.
Banxico está dando muestras de ser más enérgico y tiene que reforzar esa imagen.
De berásubir las tasas en febrero y acentual- su discurso sobre el riesgo al alza.
Ya reconoció que la tendencia no es temporal, y hay una inercia que costará trabajo romper con tanta incertidumbre rodeando al tipo de cambio.
Debe también señalar con más nitidez que hay elementos discrecionales que pueden impedir un descenso de la inflación más pronunciado como son la debilidad de las finanzas públicas y la aprobación de aumentos salariales elevados, tal como se hizo con el salario mínimo en noviembre.
Para el nuevo gobernador y la Junta de Gobierno se trata de una tarea muy difícil pero también de una oportunidad para ratificar su autonomía y tomar una postura más enérgica y menos ambigua que la que hubo durante el año pasado.
El nivel elevado de inflación y el riesgo de no controlarla es un problema muy serio, el mayor en ese tema desde hace varios lustros.
* Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategiay Gestión de Portafolios de INVEX.