Los riesgos que más muertes causan en México están asociados con la obesidad y la dieta inadecuada, revela el estudio Carga Global de la Enfermedad realizado por el Instituto de la Métrica y de Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington.
Azúcar y presión elevada, así como obesidad, son los tres factores de riesgo que generan mayor mortalidad en el País. Además, al analizar de qué se enferman los mexicanos, los investigadores descubrieron que la obesidad pasó en 27 años del sexto al segundo lugar como detonante de padecimientos como cardiopatía isquémica, enfermedad renal y diabetes, entre otras.
Rafael Lozano, investigador de este instituto y quien lidera el análisis en México, indicó que en 1990 la dieta inadecuada se encontraba en séptimo lugar como detonante de enfermedades y ascendió al tercero en 2017.
La problemática tiene que ver con el costo de los alimentos, pues los menos nutritivos y más tóxicos son más baratos; con el etiquetado nutrimental poco claro de alimentos industrializados; con el sedentarismo, y con la falta de impuestos más altos a productos calóricos, entre otros.
«El Gobierno ha intentado y ha logrado algunas cosas, pero no como debiera. Es porque hay muchos intereses de por medio», expuso.
«(El Gobierno debe) buscar la promoción del consumo de alimentos que sí son saludables, pero tendría que regular los precios».
Alertó que la dieta está relacionada con el elevado índice de masa corporal y la glucosa alta, riesgos que se han disparado en el País.
El elevado índice de masa corporal, detalló, creció en casi tres décadas 135 por ciento, mientras que la dieta inadecuada 72 por ciento.
La consecuencia es que en 2017, en México, las causas en el 32.3 por ciento de muertes fueron cardiopatías isquémicas, enfermedades renales y diabetes, asociadas en la mayoría de casos con obesidad y mala dieta.
Además, según el estudio, entre los 14 factores de riesgo asociados con mayor mortalidad, cinco tienen que ver con la dieta inadecuada: bajo consumo de nueces y semillas, vegetales, granos y frutas, y una alta ingesta de bebidas azucaradas.
Simón Barquera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, lamentó que se culpe por la obesidad a los individuos, cuando el Estado no ha podido eliminar el ambiente obesogénico que hay en el País.
En la mayoría de las escuelas, consideró, los niños tienen acceso a comida chatarra y bebidas altamente azucaradas, además de que están expuestos a la publicidad para la compra de productos altamente calóricos y no tienen acceso a agua para consumo.
Advirtió que los más vulnerables a la epidemia de la obesidad son las personas con baja escolaridad y alto nivel de marginación, pues su acceso a la información científica y a alimentos nutritivos es limitada.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Abril 05, 2019