Una de las objeciones de la industria de alimentos y bebidas para no cambiar el actual etiquetado de los productos fue el costo que les representaría implementar las nuevas etiquetas, señaló la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. El pasado 24 de julio se aprobaron modificaciones a la Ley General de Salud para establecer etiquetados frontales de advertencia rápidos y fáciles de comprender, leer e interpretar por los consumidores sobre el contenido de ingredientes críticos en un empaque, como azúcares añadidos, sodio, grasas saturadas y calorías.

Tras esto, Miroslava Sánchez, presidenta de la Comisión, dijo que en las pláticas, reuniones y acercamientos que tuvo con la industria, antes de que se aprobaran dichas modificaciones, el costo que implicaría el cambio de etiquetas fue uno de los argumentos que expresaron.

«Estuve platicando también con la industria, y creo que para ellos era importante que no se cambiara el etiquetado actual.

«El consenso general de la Comisión es que la industria sabe hacer negocio y seguramente podrán hacer negocio, pero de una manera más saludable al pueblo de México, no consideramos que sea grave lo que pueda costar un cambio en la etiqueta», comentó.

Las razones de la industria fueron escuchadas y tomadas en cuenta; sin embargo, el consenso general en la Comisión es que el etiquetado, así como está, no es claro y no es adecuado, señaló la diputada.

«Simplemente no es claro para la gente y pues ya tiene varios años este etiquetado y no se ha visto una disminución en la incidencia de diabetes y obesidad; por el contrario, seguimos teniendo cada vez más altos índices», refirió.

Fuente: Reforma, Sección Negocios, Julio 30, 2019