Aunque la región está suficientemente integrada y aun sin tratado se buscarían las condiciones para mantener las operaciones comerciales, el efecto de contar con un acuerdo comercial será uno de los principales catalizadores de la economía en los próximos años. El T-MEC no contiene realmente medidas adicionales de liberalización, aunque prevé nuevas reglas en terrenos que antes no se habían abordado como el laboral, anticorrupción, comercio digital, patentes para productos biotecnológicos, entre otros, explicó Armando Ortega, presidente de la Cámara de Comercio de Canadá en México (CanCham).
Por lo tanto, su principal contribución es acabar con la incertidumbre comercial en Norteamérica, destacó.
«Una vez que sea ratificado el T-MEC y entre en vigor habrá terminado un largo proceso de incertidumbre para la economía mexicana y en una parte adicional contribuiría a modernizar el acuerdo en diversas áreas que le hacía falta actualización», dijo.
Sin embargo, en el corto plazo generará retos importantes por los cambios de reglas de juego que involucrarán un periodo de adaptación, es especial en el sector automotriz, expuso Ortega.
«En corto plazo no es positivo para México ni para la región, porque las amadoras ya estaban adaptadas a las reglas anteriores», aseguró.
Adrián de la Garza, director de Estudios Económicos de Citibanamex, coincidió que en el corto plazo la principal contribución del T-MEC será la desaparición de la incertidumbre.
«Uno de los temas principales que detiene a la economía por decisiones de inversión es incertidumbre por temas globales como nacionales.
«La ratificación del T-MEC removería cierta incertidumbre, aunque aún existe la posibilidad de que se impongan aranceles a capricho del Gobierno de Estados Unidos», comentó.
A largo plazo, el T-MEC tiene ventajas muy importantes, afirmó de la Garza, en los sectores agropecuario, comercio digital, laboral, medio ambiente, promoción de pymes, lucha anticorrupción, entre otros. No obstante, coincidió que en el plano automotriz existe el riesgo de una pérdida de competitividad.
«Desde nuestro punto de vista, el Tratado nuevo que remplaza al TLC tiene píldoras venenosas, el tema de las reglas de origen podría hacer menos competitivo el sector a nivel regional en comparación con competidores en el resto del mundo», afirmó De la Garza.
Fuente: Reforma Tendencias, Noviembre 04, 2019