De acuerdo con el Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes, la facción política pide que México demuestre que cuenta con los recursos, la infraestructura y la voluntad política para cumplir con los cambios. Los legisladores demócratas pidieron a Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, cuatro condiciones para poner a votación el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las condiciones son que México demuestre que cuenta con los recursos, la infraestructura y la voluntad política para cumplir con las reformas laborales prometidas, y permitir un mecanismo de monitoreo que brinde al Congreso estadounidense confianza al respecto.

Estos puntos fueron transmitidos por el Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes a Lighthizer, y difundidos la semana pasada.

«México ahora tiene una buena ley sobre el papel, pero necesita demostrar que tiene los recursos, la infraestructura y la voluntad política para cumplir con las reformas prometidas.

México también debe superar los esfuerzos de poderosos interesados en el país que se oponen activamente a la nueva  reforma laboral y trabajan para socavar la»,dijo el comité, que tiene una función crucial en la ratificación del T-MEC, de conformidad con la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, por su sigla en inglés).

El 19 de julio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió a una delegación de legisladores de Estados Unidos, mayoritariamente conformada por miembros del Subcomité de Comercio del Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes.

Dialogó con ellos sobre la importancia de la ratificación del T-MEC y respondió sus inquietudes sobre temas como la nueva  reforma laboral y la protec cióndel medio ambiente.

También los congresistas se reunieron con los secretarios de Relaciones Exteriores, de Economía, de Trabajo y Previsión Social y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como con el subsecretario para América del Norte.

«El T-MEC no contiene ningún mecanismo de monitoreo o aplicación que brinde al Congreso la confianza de que las reformas en papel conducirán a cambios en el terreno en México», dijeron los legislares demócratas a Lighthizer.

La delegación del Congreso estadounidense estuvo compuesta por 10 legisladores de ambos partidos, entre los que destacan Earl Blumenaer (D-OR), Jimmy Gómez (D-CA) y Rosa DeLauro (D-CN).

Ellos dialogaron con altos funcionarios mexicanos sobre las principales preocupaciones de la Cámara, relativas al proceso de ratificación del T-MEC, el calendario de implementación de la  reforma laboral mexicana, el presupuesto que el gobierno de México destinará a la  reforma laboral y el posible mecanismo de solución de controversias y de implementación del tratado, entre otras.

«Nada mejorará para los trabajadores mexicanos, o los trabajadores estadounidenses, si la ley no se implementa en México», insistieron ante Lighthizer.

Los demócratas de la Cámara de Representantes han hecho una presión similar antes.

En el 2007, la administración Bush había negociado cuatro acuerdos comerciales que esperaban la aprobación del Congreso.

Los demócratas de la Cámara hicieron mejoras significativas en los cuatro acuerdos, los socios comerciales los aceptaron y el Congreso los aprobó.

«Los demócratas de la Cámara de Representantes han sido quemados (sic) antes, cuando confiaron en las promesas de nuestros socios comerciales sobre cuestiones laborales, ambientales y de otro tipo.

El nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no puede repetir los errores del pasado», concluyeron.

En la medida en que se ponga a votación el T-MEC lo más rápido posible, éste tiene mayores posibilidades de ratificación, debido a que conlleva un menor peso político si se aleja del día de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las cuales se celebrarán el 3 de noviembre del 2020.

El T-MEC aborda además nuevos del Congreso.

Los demócratas de la Cámara hicieron mejoras significativas en los cuatro acuerdos, los socios comerciales los aceptaron y el Congreso los aprobó.

«Los demócratas de la Cámara de Representantes han sido quemados (sic) antes, cuando confiaron en las promesas de nuestros socios comerciales sobre cuestiones laborales, ambientales y de otro tipo.

El nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no puede repetir los errores del pasado», concluyeron.

En la medida en que se ponga a votación el T-MEC lo más rápido posible, éste tiene mayores posibilidades de ratificación, debido a que conlleva un menor peso político si se aleja del día de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las cuales se celebrarán el 3 de noviembre del 2020.

El T-MEC aborda además nuevos asuntos, como el comercio digital y las empresas estatales, auméntalos requisitos de contenido de América del Norte para vehículos, amplía el acceso al mercado en la agricultura y reduce las obligaciones de Estados Unidos en áreas como la inversión y las compras gubernamentales.

Concluido el 30 de septiembre del 2018, el T-MEC sustituiría el TL- CAN.

De conformidad con la TPA, la administración Trump notificó al Congreso su intención de firmar un acuerdo con México y con Canadá si estaba dispuesto a unirse.

El 30 de septiembre del 2018, Lighthizer anunció que los tres países habían llegado aun acuerdo sobre el T-MEC.

Luego, el 30 de mayo del 2019, presentó un borrador de Declaración de Acción Administra tiva(SAA, por su sigla en inglés) para implementar el T-MEC propuesto y una copia del texto legal.

Este producto proporciona un análisis comparativo preliminar entre los dos acuerdos.

Empresas con potenciales inversiones en México están expectantes a la ratificación del T-MEC, han reconocido la Secretaría de Economía y el Consejo Mexicano de Comercio Exterior.

México ahora tiene una buena ley sobre el papel, pero necesita demostrar que tiene los recursos, la infraestructura y la voluntad política para cumplir con las reformas prometidas».

posicionamiento demócrata retomado por el Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes Además de la agenda laboral, la ambiental y la farmacéutica conforman las principales preocupaciones demócratas sobre el T-MEC.

La semana pasada reiniciaron sus actividades los congresistas estadounidenses de la Cámara de Representantes.

(Fuente: El Economista, Información ,Empresas y Negocios ,Roberto Morales, P22, 17/09/2019)