La productividad laboral de las industrias manufactureras en México cayó 9 por ciento en los últimos cinco años, siendo el sector con mayor descenso y contrastando con el alza presentada en otros. El índice de productividad laboral con base en las horas trabajadas -definido por el Inegi como el cociente entre el índice del valor de la producción y el índice de horas trabajadas- pasó de 99.91 puntos en el primer trimestre del 2014 a 90.90 puntos en el mismo lapso de este año.
«Esto quiere decir que un trabajador está haciendo menos piezas, sin importar lo que le pongas, ya sea un Audi, una manguera o cualquiera otra pieza», explicó Jorge A. Martínez González, director de la Maestría en Finanzas de la Egade Business School. Héctor Magaña, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey, consideró que esta baja podría obedecer a la falta de una inversión más eficiente en ese sector en los años recientes.
«Otros sectores manufactureros importantes, además del automotriz, han ido perdiendo dinamismo como el caso de la fabricación de maquinaria y equipo, la fabricación de equipo eléctrico y la industria química.
«Tal situación provoca que se destinen menos recursos, tanto nacionales como extranjeros, a la capacitación del personal que labora en las manufacturas, limitando así la mejora productiva en el desempeño de los trabajadores».
El único otro sector que también retrocedió en el periodo en la productividad laboral fue el relacionado con las empresas de comercio al mayoreo, con una baja de 8.11 por ciento.
Por el contrario, en el sector de la construcción se presentó un avance de 3.96 por ciento, en el de servicios creció 10.63 y en el de comercio al menudeo aumentó 10.03 por ciento.
Así, el indicador global de la productividad registró un avance de sólo 1.28 por ciento en los cinco años de análisis.
«Es un crecimiento muy bajo, mucho más que el de la mayoría de los países de la región y más bajo que la tasa de la mayoría de los países emergentes», advirtió Elijah Oliveros-Rosen, economista senior para América Latina de S&P Global Platts.
Para conseguir un crecimiento económico de 4 por ciento en el 2024, sostuvo que es necesario elevar la productividad a una tasa anual de 2.2 por ciento.
La baja productividad ha sido motivo de preocupación para el Banco de México, en su última minuta de política monetaria, las direcciones generales de Investigación Económica y de Operaciones y Sistemas de Pagos señalaron que en algunos sectores las alzas salariales están rebasando las ganancias en productividad, lo que podría generar costos con afectaciones en el empleo formal y contribuyendo a que la inflación subyacente se mantenga elevada.
«Si el Gobierno obliga al patrón a pagar un mejor salario (y si la productividad continua sin crecer o incluso bajando), entonces el patrón va a tener que subir el precio de sus productos, lo que va a generar inflación», advirtió el especialista de la Egade.
(Fuente: Reforma / Distrito Federal / Internet, Información, 00:00, 03/07/2019)